El actor estadounidense Morgan Freeman celebra sus 87 años, celebrando una vida y carrera que han dejado una huella imborrable en el cine.

Morgan Freeman nació el 1 de junio de 1937 en Memphis, Tennessee, siendo el cuarto hijo de Edna, una maestra, y Morgan, un peluquero con problemas de alcoholismo. Su familia, descendiente de esclavos, vivía en un entorno donde la segregación racial era la norma. Freeman recordó en varias entrevistas cómo el alcoholismo de su padre desgarró a su familia y cómo la pobreza era una constante en su hogar.

Las mudanzas frecuentes y la separación de sus padres hicieron que Morgan pasara gran parte de su infancia viviendo con su abuela en Charleston, Mississippi. A pesar de estas adversidades, el joven Freeman mostró un talento natural para la actuación desde una edad temprana. A los 9 años, se subió por primera vez a un escenario en su escuela de Memphis, y a los 14 ganó un concurso como el mejor actor joven en Mississippi.

A pesar de los desafíos, Freeman nunca abandonó su pasión por la actuación. Su carrera despegó cuando fue nominado al Óscar y al Globo de Oro por su papel en “Street Smart” (1987). A partir de ahí, su talento lo llevó a protagonizar películas icónicas como “Driving Miss Daisy” (1989), “The Shawshank Redemption” (1994) e “Invictus” (2009). En 2005, ganó el Óscar al mejor actor de reparto por su actuación en “Million Dollar Baby”.

A los 87 años, Morgan Freeman sigue siendo una figura influyente en la cultura popular. Su trayectoria, marcada por la superación de adversidades y un talento inigualable, es un testimonio de su resiliencia. Desde sus humildes comienzos en Memphis hasta su estatus como una de las estrellas más queridas de Hollywood, Freeman ha inspirado a generaciones con su trabajo y su lucha por la igualdad.